Princeton University announced in the fall that its endowment alone made $500 million during the COVID crisis. All the while, the university continues to jeopardize faculty, staff, students, and community members through their austerity program. Despite allowing undergraduates to return in-person, the university refuses to expand its well-developed COVID resources to the rest of the town. Princeton University has the opportunity, money, and resources to protect members of the community during this pandemic.

While students may have access to testing and tracing, the same cannot be said for the community that lives and works in the town and the surrounding areas, none of whom were consulted about a health decision that could have a lethal impact. Princeton University has the resources and responsibility to provide services to the community, particularly the uninsured and underinsured, who are disproportionately impacted by this decision. We demand that the University:

• Expand free COVID-19 testing and provide free COVID-19 vaccinations to residents of the municipality of Princeton, and of the neighboring municipalities of Plainsboro, Lawrence, West Windsor, Montgomery and Trenton including undocumented, underinsured and uninsured members of all communities.

• Grant equal access to COVID-19 testing, contact tracing, vaccination, and health benefits for contract workers as for full-time employees.

• Allocate University resources to support the municipal contact tracing program, especially in the case of possible transmission from University affiliates to community members.

• Expand free quarantine housing to residents of the municipality of Princeton that are unable to isolate in their homes.

• Make all major University COVID-related health and safety decisions democratic. A special commission with deliberative and decision-making power should be elected democratically to represent all University workers, staff, faculty, students, and inhabitants of Princeton municipality. Discussions should be transparent and open to the public.

Princeton University must follow the example set by other schools like University of California, Davis, which has extended free COVID-19 testing to all residents of Davis and others who work at the University. UC Davis’ initiative has already caught more than 850 potential COVID outbreaks, and is working on plans to vaccinate community members. Similarly, Tufts University launched a pooled COVID testing program for Medford and Somerville K-12 schools. They recognized the need of this service, especially as it relates to underserved socio-economic groups. This initiative has not only allowed students to return to the hybrid model for in-school learning since September 2020 but has been able to identify cases early and prevent spread of COVID-19 in the schools.

Public and Private Universities across the country are recognizing their role in helping prevent the spread of COVID-19 and stepping up in innovative ways - there is no excuse for Princeton University to ignore its responsibility to the community that supports it.

La Universidad de Princeton anunció en el otoño pasado que sus bienes generaron $500 millones de dólares durante la crisis de COVID. Mientras tanto, la universidad ha puesto en peligro a sus profesores, el personal, los estudiantes y los miembros de la comunidad a través de su continuo programa de austeridad. A pesar de permitir que los estudiantes universitarios regresen en persona al campus, la universidad se niega a expandir sus recursos anti-COVID al resto de la ciudad. La Universidad de Princeton tiene la oportunidad, el dinero y los recursos para proteger a los miembros de la comunidad durante esta pandemia.

Si bien los estudiantes pueden tener acceso a pruebas y servicios de rastreo de contagio, no se puede decir lo mismo de la comunidad que vive y trabaja en la ciudad y las áreas circundantes, ninguno de los cuales fue consultado sobre una decisión de salud que podría tener un impacto letal. La Universidad de Princeton tiene los recursos y la responsabilidad de brindar servicios a la comunidad, en particular a las personas sin seguro y con seguro insuficiente, que se ven afectados de manera desproporcionada por esta decisión. Exigimos que la Universidad:

• Amplíe las pruebas COVID-19 gratuitas y proporcione vacunas COVID-19 gratuitas a los residentes del municipio de Princeton y de los municipios vecinos de Plainsboro, Lawrence, West Windsor, Montgomery y Trenton, incluidos los miembros indocumentados, con seguro insuficiente y sin seguro de todas las comunidades.

• Otorgue igualdad de acceso a las pruebas de COVID-19, rastreo de contactos, vacunación y beneficios de salud para los trabajadores de medio tiempo, que para los empleados de tiempo completo.

• Asignar recursos de la Universidad para apoyar el programa de rastreo de contactos municipales, especialmente en el caso de una posible transmisión desde miembros de la Universidad a miembros de la comunidad.

• Ampliar las viviendas de cuarentena gratuitas a los residentes del municipio de Princeton que no tengan la posibilidad de aislarse en sus hogares.

• Democratizar todas las decisiones importantes de salud y seguridad relacionadas con el COVID. Deberá elegirse democráticamente una comisión especial con poder deliberativo y de toma de decisiones que represente a todos los trabajadores, personal, profesores, estudiantes y habitantes de la Universidad de Princeton. Las discusiones deben ser transparentes y abiertas al público.

La Universidad de Princeton debe seguir el ejemplo de otras escuelas como la Universidad de California, Davis, que ha extendido las pruebas de COVID-19 gratuitas a todos los residentes de Davis y otras personas que trabajan en la Universidad. La iniciativa de UC Davis ya ha detectado más de 850 posibles brotes de COVID y está trabajando en planes para vacunar a los miembros de la comunidad. De manera similar, la Universidad de Tufts lanzó un programa conjunto de pruebas de COVID para las escuelas K-12 de Medford y Somerville. Reconocieron la necesidad de este servicio, especialmente en lo que se refiere a grupos socioeconómicos desatendidos. Esta iniciativa no solo ha permitido que los estudiantes regresen al modelo híbrido para el aprendizaje en la escuela desde septiembre de 2020, sino que también ha podido identificar casos de incubación y prevenir la propagación de COVID-19 en las escuelas.

Las universidades públicas y privadas de todo el país están reconociendo su papel para ayudar a prevenir la propagación de COVID-19 y avanzando de manera innovadora; no hay excusa para que la Universidad de Princeton ignore su responsabilidad con la comunidad que la apoya.