Glencore - Drop the Suits Against Colombia/Retire las Demandas Contra Colombia

Glencore leadership

Glencore drop the suit against Colombia

(en español debajo)

Glencore, the multi-billion dollar Swiss mining giant, is using the controversial Investor State Dispute Settlement (ISDS) mechanism to sue Colombia (to learn more about ISDS, read this report). So far, Glencore has filed four ISDS cases against Colombia. In August 2019, the ISDS tribunal ordered Colombia to pay 19 million USD. Two further cases have yet to be decided, but for Glencore, this is not enough - a new multi-million dollar lawsuit was recently filed on 16 November 2023 concerning mining.

In 2017, the Colombian Constitutional Court ruled in favour of Indigenous communities in La Guajira to protect the Bruno River from an expansion of the huge Cerrejón open-pit coal mine. Glencore said the Court’s decision was discriminatory, unreasonable and arbitrary, denying them “fair and equitable treatment”, and they filed to sue for an undisclosed amount.

We see this as a clear case of corporate abuse, trying to undermine a sovereign nation’s legislature to boost profits. We want Glencore to know that the world is watching and to send a clear message to the head of the company - drop the lawsuit, and return the Bruno River to its natural course!

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Glencore, es una multimillonaria transnacional minera Suiza, que está utilizando el controvertido mecanismo de demandas de empresas transnacionales en los tribunales de arbitraje internacional (ISDS, por sus siglas en inglés) para demandar a Colombia (Aprende sobre estas demandas.) Hasta ahora, Glencore ha interpuesto cuatro demandas ISDS contra Colombia. En agosto de 2019, el tribunal ISDS ordenó a Colombia pagar 19 millones de USD. Otros dos casos aún no se han resuelto, pero esto no es suficiente y recientemente, el 16 de noviembre de 2023, se presentó una nueva demanda en relacion a negocios de minería.

En 2017, la Corte Constitucional colombiana falló a favor de las comunidades indígenas de La Guajira para proteger el arroyo Bruno de la ampliación de la enorme mina de carbón térmico a cielo abierto Cerrejón. Glencore dijo que la decisión de la Corte era discriminatoria, irrazonable y arbitraria, negándoles un "trato justo y equitativo", y ha presentado una demanda por una cantidad no revelada.

Consideramos que se trata de un claro caso de abuso empresarial, que intenta socavar el poder legislativo de una nación soberana para aumentar sus beneficios económicos. Queremos que Glencore sepa que el mundo está observando y enviar un mensaje claro al jefe de la compañía: ¡Retire la demanda! Y ¡Devuelva el arroyo Bruno a su cause natural!

Petition by
Saul Jones
London, United Kingdom

To: Glencore leadership
From: [Your Name]

To the leadership of Glencore,

We, the undersigned, call on Glencore PLC to drop the ISDS case against Colombia. The 2017 decision of the Colombian Constitutional Court to suspend the expansion of the Cerrejón coal mine in favour of the Wayuu people's rights to health, water and food sovereignty, has not been complied with. The Bruno stream remains diverted to allow the expansion of the mine. Over more than 40 years, this mining project has dispossessed and displaced 35 Wayúu and Afro-descendant communities from their ancestral territories, contaminated their water, soil and air, and has interfered with or dried up 44 local streams. Time and time again, these communities have suffered so that multinational extractivist corporations can continue to profit from harmful mining practices that put more climate wrecking fossil fuels into the market. Glencore’s lawsuit reinforces the impunity that the Wayúu people have suffered over decades following multiple violations of their fundamental rights. Now that efforts are being made to protect these marginalised communities, why does Glencore seek to undermine the processes seeking to do so?

Further to this, Glencore’s lawsuit doesn’t only stand to harm the communities that rely on the Bruno River for their culture and livelihoods, but also to undermine Colombia’s sovereignty. If nations cannot set their own laws and create their own jurisprudence to protect the rights of people without the threat of corporate reprisal, then they cannot be truly independent. Colombian lawyer’s collective CAJAR notes how Glencore’s lawsuit is interfering with institutional and judicial independence, as well as state obligations to protect fundamental collective rights. During a workshop in La Guajira, lawyer Cindy Forero stated:

“Government ministries, from both the executive and judicial branches, are afraid – and when they are asked what is going to happen with La Guajira and the failure to implement the [Constitutional Court] sentence, they prefer not to talk about it. They say, ‘We are facing an international lawsuit from the company.’”

We reject the idea that transnational corporations should have the unquestioned right to create ‘sacrifice zones’ in the territories where they operate. We reject a system in which the profits of investors take precedence over the lives of Indigenous people and where mining projects are pushed to continue with disregard for human rights and due diligence.

Glencore is a multi-billion dollar company that stands to lose very little in real terms by respecting the decisions of the Colombian Constitutional Court. If it refuses to do so, the Wayúu and Afro-descendant communities of La Guajira will suffer, and the judicial independence and sovereignty of Colombia will be called into question. Once again, we call on Glencore to drop its ISDS case against Colombia, respect the rights and dignity of Wayúu and Afro-descendant communities, and restore the Bruno River to its natural course.

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Nosotros, los abajo firmantes, pedimos a Glencore PLC que abandone la demanda ante los tribunales de arbitraje internacional contra Colombia. La decisión de 2017 de la Corte Constitucional de Colombia de suspender la expansión de la mina de carbón del Cerrejón en favor de los derechos del pueblo Wayuu a la salud, el agua y la soberanía alimentaria, no ha sido cumplida y el arroyo Bruno se mantiene desviado para permitir la extracción de carbón.

Durante más de 40 años, este proyecto minero ha despojado y desplazado a 35 comunidades Wayúu y afrodescendientes de sus territorios ancestrales, ha contaminado su agua, suelo y aire, y ha interferido o secado 44 arroyos locales. Una y otra vez, estas comunidades han sufrido para que las multinacionales extractivistas puedan seguir beneficiándose de prácticas mineras nocivas que ponen en el mercado más combustibles fósiles que destruyen el clima. La demanda de Glencore refuerza la impunidad que el pueblo Wayúu ha sufrido durante décadas tras múltiples violaciones de sus derechos fundamentales. Ahora que se están haciendo esfuerzos para proteger a estas comunidades marginadas, ¿Por qué Glencore trata de socavar los procesos que tratan de hacerlo?

Además, la demanda de Glencore no sólo perjudica a las comunidades que dependen del arroyo Bruno para su cultura y sustento, sino que también socava la soberanía de Colombia. Si las naciones no pueden establecer sus propias leyes y crear su propia jurisprudencia para proteger los derechos de las personas sin la amenaza de represalias corporativas, entonces no pueden ser verdaderamente independientes. El colectivo colombiano de abogados CAJAR señala cómo la demanda de Glencore está interfiriendo en la independencia institucional y judicial, así como en las obligaciones del Estado de proteger los derechos colectivos fundamentales. Durante un taller en La Guajira, la abogada Cindy Forero afirmó:

"Los ministerios del gobierno, tanto de la rama ejecutiva como de la judicial, tienen miedo - y cuando se les pregunta qué va a pasar con La Guajira y el incumplimiento de la sentencia [de la Corte Constitucional], prefieren no hablar del tema. Dicen: 'Nos enfrentamos a una demanda internacional de la empresa'".

Rechazamos que las empresas transnacionales tengan el derecho incuestionable de crear 'zonas de sacrificio' en los territorios donde operan. Rechazamos un sistema en el que los beneficios de los inversores tienen prioridad sobre las vidas de los pueblos indígenas y en el que se presiona para que los proyectos mineros continúen sin tener en cuenta los derechos humanos y la debida diligencia.

Glencore es una empresa multimillonaria que puede perder muy poco en términos reales si respeta las decisiones de la Corte Constitucional colombiana. Si se niega a hacerlo, las comunidades Wayúu y afrodescendientes de La Guajira sufrirán, y la independencia judicial y la soberanía de Colombia quedarán en entredicho. Una vez más, hacemos un llamamiento a Glencore para que abandone la demanda de ante los tribunales de arbitraje internacional contra Colombia, cumpla la decisión de la Corte Constitucional y respete los derechos y la dignidad de las comunidades Wayúu y afrodescendientes.