Una ofensiva legislativa, liderada por los partidos políticos que apoyaron en el Congreso eliminar la protección del lobo y volver permitir su caza, PP, Vox, PNV, Junts y Bildu con su abstención, pero que también cuenta con cómplices en gobiernos autonómicos como el liderado por Barbón (PSOE) en Asturias, es una corriente populista extremadamente peligrosa que debe ser contestada con contundencia por toda la población civil.

El lobo es el muñeco de trapo preferido por políticos irresponsables. Es mucho más fácil atacar al débil que atreverse con los tratados de librecomercio o las horrendas macrogranjas que, automatizadas y hacinando a miles de animales, tiran los precios y provocan el cierre en cascada de miles de pequeñas explotaciones.

Es importante entender que, o se defiende la extinción de la especie, del lobo, algo que nadie se atreve ni a plantear porque es, además de ilegal, indefendible, o se coexiste. Y la evidencia nos dice que la coexistencia es más fácil cuando existen manadas de lobo fuertes que pueden elegir cazar presas salvajes en grupo.

Matar lobos provoca que las manadas se reduzcan o que nos encontremos con individuos solitarios que tienen que comer pero que no tienen más opción que la de atacar a ovejas o terneros, al carecer de la fuerza grupal que les permite la caza de jabalíes o ciervos.

Además, el lobo regula la salud de las poblaciones de herbívoros salvajes, eliminando a los individuos enfermos y previniendo el salto de enfermedades a los animales ganaderos, que implica, en muchos casos, el sacrificio preventivo de todo el rebaño, suponiendo un varapalo económico de primer nivel para el ganadero.

Destacamos que la coexistencia pacífica entre lobos y ganadería es posible y beneficiosa. Hay numerosos casos de éxito en España donde se han implementado medidas preventivas y el uso de mastines para proteger los rebaños, demostrando que matar lobos no es la solución sino ahondar más en el problema.

Es lamentable ver cómo el populismo medioambiental vuelve a atacar a la biodiversidad, cuatro décadas después de la muerte de Félix Rodríguez de la Fuente,

El Lobo es una especie clave para el equilibrio de nuestros ecosistemas. No podemos permitir que intereses políticos a corto plazo pongan en peligro la biodiversidad de la que dependemos todos. Es hora de avanzar hacia la coexistencia pacífica entre lobos y ganadería, de implementar medidas de apoyo para que los ganaderos puedan evitar los ataques, como se ha demostrado posible en tantas ocasiones, y de blindar la protección de este majestuoso animal que es hoy más necesario que nunca.

Nuestra voz es nuestra herramienta más poderosa. Firma esta petición para proteger al lobo y asegurar el futuro de nuestros ecosistemas.

¡Gracias por tu apoyo!