Pueblo Sagrado, Tierra Sagrada

Nos une la creencia fundamental de que todas las personas, todos los seres vivos y la Tierra son sagradas.

Al considerar el estado actual del mundo, nuestros corazones rebozan de preocupación.

Tenemos temor y frustración por el daño que el virus del COVID-19 está infligiendo en nuestras comunidades. La pandemia ha revelado crueles injusticias. Las personas vulnerables son quienes sufren los impactos más severos.

Conocemos de esta injusticia. La hemos visto antes. Son estas mismas comunidades las que se han visto afectadas de manera desproporcionada y catastrófica por la acelerada emergencia climática.

Mientras el mundo se refugia en sus casas, vemos las graves amenazas que están a nuestra puerta; el surgimiento de gobiernos cada vez más irresponsables o autoritarios, economías explotadoras y fuerzas culturales extremistas que hacen que nos enfrentemos entre sí, atacan a las mujeres y las comunidades oprimidas y fomentan dudas sobre la ciencia necesaria para salvar la vida en la Tierra. Este es un mundo de pobreza generalizada, injusticia racial y de género, desigualdad masiva de ingresos y una fuerte devastación de la naturaleza. Esta versión de la civilización es insostenible en todos los niveles. Se avecinan peores impactos si no actuamos ahora.

Un futuro mucho mejor es posible si nuestra respuesta colectiva a la pandemia y a la crisis climática está guiada por la compasión, el amor y la justicia a una escala que responda a este momento. No solo debemos brindar el alivio que tantas personas necesitan para sobrevivir. Debemos crear una nueva cultura, política y economía de vida que sane a la humanidad y al planeta.

Visualizamos un mundo transformado, en el que la humanidad en toda su diversidad ha desarrollado una reverencia conjunta por la vida en la Tierra. En unidad, estamos construyendo comunidades y economías resilientes y solidarias que satisfagan las necesidades de todas las personas y protegen el planeta. La era de la conquista, extracción y explotación ha dado paso a la cooperación y a la comunidad. El buen vivir habla de conexión, entre nosotros y nosotras y con toda la naturaleza. Es un mundo de vida floreciente que reemplaza la desesperación por la alegría, la escasez por la abundancia compartida y los privilegios por el poder justamente distribuido.

El trabajo para crear este futuro comienza ahora.

En los próximos meses, gobiernos e instituciones financieras gastarán grandes sumas en respuesta a la pandemia. Los gobiernos presentarán compromisos climáticos en la COP26 en noviembre de 2021. Estas acciones no deben perpetuar un sistema económico obsoleto que depende de los combustibles fósiles y la destrucción de los mismos bosques, aguas, océanos y suelos que hacen posible la vida. En su lugar, deberían acelerar el desarrollo de energías renovables; garantizar el acceso universal a agua y aire limpios, energía limpia asequible y alimentos cultivados con respeto por la tierra; crear puestos de trabajo que paguen salarios que sirvan de sustento para las familias de trabajadores y trabajadoras, y que los realicen en condiciones seguras. Los países ricos deben asumir la responsabilidad de una mayor parte de las reducciones de emisiones para apoyar una transición global justa. También debemos prepararnos para recibir a quienes sufran desplazamiento por causa del COVID y el cambio climático.

La compasión, el amor y la justicia no exigen menos de todas y todos nosotros.

Red Internacional GreenFaith

Nuestras 10 Demandas Vitales

Como alianza mundial, multiconfesional y de base, defendemos la equidad y la compasión para todas las personas, y deploramos la injusticia. Sabemos que no podemos permitirnos esperar a que los gobiernos y las instituciones financieras actúen primero; entendemos que el cambio comienza en nosotros y nosotras. Nos estamos organizando junto a personas de base de diversas religiones en apoyo a las siguientes demandas, lo que nos reta y nos lleva a predicar con el ejemplo. Nuestras peticiones son:

1. Energía 100% limpia para todas las personas: energía sostenible y asequible para todas las personas, especialmente para los 800 millones de personas sin acceso a la electricidad

2. Finanzas globales alineadas con valores compasivos: Mayor inversión en la recuperación mundial al COVID, además de financiamiento a energías renovables y sistemas alimentarios sostenibles.

3. Empleos y atención médica para todas las personas: una transición justa para personas trabajadoras, migrantes y para las comunidades afectadas por el cambio climático. Además de una transición energética a través de la atención médica, la capacitación y generación de empleos, y cualquier otro tipo de apoyo necesario.

4. Protección a los derechos indígenas: una sólida defensa de los derechos legales de las comunidades indígenas y de las personas que protegen los territorios y el ambiente

5. Bienvenida para las personas migrantes: generosa hospitalidad y oportunidades para que personas refugiadas por causas climáticas y ambientales puedan migrar y establecer nuevos hogares.

6. No más contaminación climática: cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en los países ricos para 2030; Acelerar transferencias de finanzas/tecnología para un cero neto global antes de 2050

7. Poner fin a la profanación del planeta: que cese la exploración o infraestructura de combustibles fósiles, agricultura industrial o deforestación; no más pérdida de hábitat o biodiversidad

8. Eliminar las finanzas inmorales: No más financiamiento ni rescates al COVID para compañías que trabajen con combustibles fósiles, la agricultura industrial o la deforestación

9. Contribuciones justas de los países ricos: que los países ricos lideren el financiamiento climático y la transferencia de tecnología, en reconocimiento y como pago de la deuda colonialista y ambiental que tienen estos países

10. Liderazgo audaz de las comunidades de fe: acción unida y sostenida guiada por las enseñanzas de nuestras diversas religiones, dando paso a una vida equitativa y pacífica para todas las personas